11.11.11

LA CUEVA


Odio cuando los hombres se refugian en su cueva. Ellos saben que están mal,saben que el resto del mundo les ve y son conscientes de que algo pasa,pero se refugian en su cueva,esa que les aísla de todo y de todos sin tener en cuenta los sentimientos de los demás. Tu te puedes quedar en la puerta de cueva llamando a voces al inquilino para preocuparte por el para saber que le pasa,para hacerle llegar tu amor y tu preocupación,pero no vas a obtener respuesta alguna. 

Se debe estar de uta madre en la cueva,porque no respetan nada ni nadie,te pueden ver llorar de desesperación al ver que se alejan de ti,que no llegas a tocarles,que no puedes hacer nada porque ellos no te dejan,que seguirán en la cueva hasta que ellos lo consideren necesario. Y tú te quedas fuera,con cara de gilipollas,sufriendo,llorando,esperando una señal o un algo que te dé una pista,algo que te indique si es un problema del trabajo,de amigos,de familia o simplemente está enfadado contigo.

Las personas que estamos fuera de la cueva no tenemos paciencia infinita,no nos gusta sufrir porque sí,y menos aún nos gusta que nos vean sufrir y no hagan nada ni para evitarlo ni para remediarlo. Si quieres enfadarte es tu problema,puedes tener motivos o no,pero lo que no se debe hacer es tener una persona preocupada por ti esperando una señal y por orgullo o por comodidad dejarla en su estado de incertidumbre.

Un día saldrás de la cueva y esa persona no estará allí,se habrá cansado de sufrir,se habrá cansado de verte alejado,de sentirse huérfana,de estar sola emocionalmente aunque no físicamente. No será hoy,ni mañana,será cuando el amor mengüe,cuando la rutina pese,cuando no le compense esperarte...